Uno de los puertos de atraque de los reyes del tecno-pop de los "eighties" va a ser Moscú. Cuando lleguen los Depeche por estos pagos, ya habrán entretenido a los nostálgicos en Madrid y en Barcelona. Habrán llenado, o casi, en Las Ventas o en alguno de esos recintos madrileños tan castizos y, claro, en el Palau San Jordi.
En Moscú también van a llenar hasta la bandera el Olimpiisky, un enorme palacio de deportes multiusos, donde lo mismo actúan los Foo Fighters , se juega un partido de fútbol o Marat Safin y sus chicos les vuelven a amargar la tarde a los franceses en la Copa Davis.
El concierto en sí carece de importancia. No es el primer grupo “gran reserva” que llega por aquí, ni será el último. Y tampoco se puede descartar que, a partir de ahora, les pase como a los ilustres jurásicos de Deep Purple, que vuelven cada año en giras cada vez más prolongadas a lo largo y ancho de la madre Rusia.
La gracia está en otra cosa, en el fenómeno social que se ha producido alrededor de la visita de cuatro señores ingleses que, como grupo, estaban muertos y enterrados desde hace bastante tiempo.
El caso es que prácticamente no quedan entradas desde hace un mes. La gente está rebañando los restos. Las entradas para otear el concierto desde el gallinero y a vista de pájaro cuestan alrededor de los 120 euros. Los precios, cuando el billetaje se puso a la venta, rondaban también los 100 euros y la gente llegaba casi a las manos por conseguir una entrada... Los organizadores, visto lo visto, subieron los precios paulatinamente y hoy las más baratas están sobre los 300 euros y las más caras sobre los 600 eurazos... eso sin contar las de la zona noble con unos precios que no son de este mundo.
Está claro que los especialistas en marketing están perfectamente adiestrados en el uso y abuso de los resortes de la psicológicos de la gente... con eso y con un par de noticias bien aliñadas con palabras del estilo de “exclusivo” , “excepcional” y un par de grandes éxitos... pero no, no creo que sea solo esto porque ya lo han intentado otras veces y no les ha salido, por lo menos hasta este punto.
Es algo más, hay algo más, debe tratarse de algo paranormal eso de que la gente vaya como loca buscando entradas sin reparar en gastos para ver a los “Depeche Mode”. Aunque la música no les guste, aunque solo para presumir ante los amigos de haberse gastado el sueldo de un mes para ir con la amante a escuchar “Personal Jesus”...
... y no, no quería caer en el tópico que me tanto me irrita pero es que, de verdad, este país es una caja de sorpresas.
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